La lluvia
impidió hacerlo como estaba pensado, pero Isaba vivió ayer la III Fiesta de la
Indumentaria Roncalesa ambientada en la
invasión de Nabarra por Castilla en 1512; recreando la fidelidad y el
recibimiento al rey Juan de Albret, en su retirada hacia el Bearn.
Caballos y el carro con el archivo
real se quedaron aparcados y el polideportivo se llenó para la fiesta que
movilizó a unos trescientos vecinos.
Revividos ya la llegada de las
alpargateras, el alarde de armas, y una boda del siglo XIX, este año se evoca,
cinco siglos después, la noche del rey navarro en la villa, tras la invasión de
las tropas castellanas al mando del Duque de Alba.
Ataviados con sus galas,
trajes y vestidos, desfilaron hasta el frontón cubierto donde mostraron su
indumentaria, banderas y escudos al monarca. Trajes que guardan curiosas
historias: de fiesta y de labor, medievales, mantillas, indumentaria de hombres
y mujeres solteros y casados, de las viudas, trajes de iglesia, elementos
perdidos como el zorongo, vestidos
de bautizos, de alcaldes y regidores y del desaparecido oficio de almadieros ,
junto al de pastor.
Luego tomaron el empedrado camino real hacia la iglesia-fortaleza,
donde el alcalde le entregó la llave y mostró fidelidad al rey, en tanto en
cuanto mantuviera la independencia, y leales a su fórmula lo proclamaron:
"¡Juan de Albret!, ¡Real!, ¡Real!, ¡Real!".
Diario Navarra argazkiak/ fotosDiario Noticias