"Ha sido un éxito para nosotros porque siempre hemos bailado danzas aprendidas y esto ha sido un reto". Estas fueron las palabras de Aritz Ibáñez, uno de los principales promotores del baile, tras concluir el cortejo. El baile, protagonizado por el grupo de dantzaris Duguna, comenzó a las 11.30 horas en el puente de Curtidores (Rochapea) con el agiteo de la bandera de Pamplona, símbolo de saludo, y que protagonizó el pamplonés, Ángel Leza. "Alguien lo tenía que hacer y me tocó a mi porque soy fuerte. No lo he hecho por ningún motivo en especial ", afirmó Leza.

La plaza del ayuntamiento estaba abarrotada de personas. Los más pequeños no dudaron en hacerse un hueco en primera fila, sentados permanecieron casi sin parpadear. Por su parte, los mayores no tuvieron tanta suerte. Algunos se subieron a los bancos para disfrutar del espectáculo, sobre todo, los de pequeña estatura. Por el contrario, los más altos no encontraron ninguna dificultad.
El baile dio comienzo con el llamado degollao, que atrajo la admiración de los asistentes. Incluso, hubo alguno que, emocionado, no pudo contenerse la lágrima. Todos los danzantes simularon la muerte de San Fermín en Amiens (Francia). De esta forma, la tropa tejió una parrilla de espadas alrededor del buruzagui (el capitán) y a quien se le levantó mientras Ángel Leza ondeaba la bandera cara al Ayuntamiento. El cierre de la danza tuvo lugar en la Iglesia de San Fermín de Aldapa con un baile protagonizado por el buruzagui y elzerbitzari.